Hacia el 882, luego de permanecer casi dos décadas en Córdoba, Onneca abandonó a sus hijos musulmanes[13] y regresó a Pamplona con su padre, quien había tomado recientemente posesión del trono. Al poco tiempo de regresar, casó con su primo Aznar Sánchez de Larraún, hijo de Sancho Gárces y nieto de García Íñiguez de Pamplona.