Esta rama se perpetuó en un hijo ilegítimo del primer conde de Luna, Lope Ferrench de Luna, llamado Fernán López de Luna, que casó en 1366 con Emilia Ruiz de Azagra, señora de Villafeliche y Muel. En 1394 recibió del rey Martín I el Humano el señorío de Ricla, por lo que se conocerá como la rama de Ricla, reconocida por Carlos V como una de las ocho grandes casas nobiliarias de Aragón en las Cortes de Monzón de 1538. Sus sucesores adquirieron la villa y el castillo de Godojos y Camarasa, en Cataluña.