Notas |
- Juan III de Albret (1469- 17 de junio de 1516), hijo de Alano de Albret, heredó de su padre los títulos de señor de Albret, conde de Périgord, vizconde de Limoges y de Tartas. Su madre fue Catalina de Rohan, bisnieta de Carlos II de Navarra.
Juan de Albret fue rey de Navarra jure uxoris en virtud de su unión matrimonial con Catalina de Foix en 1484, quien ya era reina desde el año anterior por la muerte de su hermano, Francisco Febo. Recibió el nombre de Juan III de Navarra.
En 1512, Juan de Albret fue derrotado por Fadrique Álvarez de Toledo y Enríquez (duque de Alba), que conquistó Navarra por orden de Fernando II de Aragón, cuya esposa Germana de Foix era prima de la reina Catalina. En 1513 las Cortes de Navarra, con la única presencia beaumontesa, proclamaron rey a Fernando el Católico.
Los reyes Juan y Catalina residían en sus posesiones patrimoniales del Bearne, y desde sus territorios intentaron reconquistar varias veces el Reino de Navarra pero no fue posible.
De su matrimonio con Catalina nacieron los siguientes hijos:
Ana de Navarra
Magdalena de Navarra, muerta en Medina del Campo mientras era rehén de Fernando el Católico en 1504.
Catalina de Navarra
Juana de Navarra
Quiteria de Navarra
Andrés Febo de Navarra
Enrique de Navarra
Bienaventurada de Navarra
Martín de Navarra
Francisco de Navarra
Carlos de Navarra
Isabel de Navarra
Hijo de Francisca de Blois Bretaña y de Alain de Albret, noble francés que fue señor de Albret, vizconde de Dax y Tartas y conde de Castres. Juan nació alrededor del año 1477. En 1481, siendo menor de edad, heredó de su madre los territorios de Limoges y Perigord.
El año 1484 contrajo matrimonio en la catedral de Lescar con la reina titular de Navarra, Catalina I, convirtiéndose en el rey consorte Juan III de Navarra. El enlace con la heredera navarra fue objeto de controversia entre Fernando "el Católico" y el rey de Francia Luis XI; el monarca francés apoyaba el matrimonio de la heredera con su primo Gastón de Foix, y Fernando, ante la proximidad de la monarquía navarra con Francia, pretendió casar a Catalina con don Juan, príncipe heredero de los Reyes Católicos. Gran parte de los navarros eran partidarios de su boda con el príncipe castellano por lo que, cuando la regencia concertó la boda con la casa de Albret, bajo las presiones de la monarquía francesa, el nuevo rey consorte se granjeó la aversión de los beamonteses, los cuales obstaculizaron la coronación de los reyes hasta que ésta se produjo el año 1494.
En el momento del enlace la reina tenía entre 13 y 16 años y Juan de Albret era aún más joven. Durante la minoría de edad de ambos, en un primer momento actuó como virrey el infante Jaime. El 24 de septiembre de 1486 el padre de Juan, Alain de Albret, pasó a gobernar los asuntos del reino como gobernador y virrey de Navarra, siendo sustituido por su hermano el señor de Avesnes, con el cargo de lugarteniente, en los momentos en los que no residió en Navarra.
El año 1491 los reyes fueron jurados en Béarn, Foix, Bigorra y Nébouzan mientras que en Navarra, a pesar de sus intentos, todavía no habían sido recibidos para ser coronados. En el reino de Navarra se encontraban con la oposición del conde de Lerín, cabecilla de los beamonteses. Esta facción, mayoritaria en las Cortes, mantenía intereses cercanos a la política de Fernando "el Católico" y eran los principales instigadores de la conflictividad generada durante esos años en el interior del reino. Las Cortes solicitaron la presencia de los reyes en Olite el 10 de Agosto de 1493, pero los monarcas se resistían a la espera de que los beamonteses cambiasen de actitud. Finalmente se alcanzó la firma de una paz entre los reyes y el conde de Lerín, acuerdo de paz que era equivalente a establecer las paces con Fernando. No obstante, a pesar de este pacto, cuando los monarcas llegaron a Pamplona el 21 de diciembre de ese año, el conde de Lerín había dado orden de mantener las puertas cerradas y los reyes tuvieron que alojarse en el lugar cercano a la capital del reino de Egüés.
Catalina y Juan fueron coronados a las semanas de este suceso, el 12 de enero de 1494, en la catedral de Pamplona. En el juramento que prestó Juan de Albret se introdujeron las siguientes condiciones: en el caso de que la reina falleciese, el rey consorte conservaría el reino en usufructo mientras continuase viudo, y el heredero al trono menor de edad estaría bajo tutela de unos tutores, elegidos a propuesta de las Cortes, hasta cumplir los 21 años.
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