Juana de Castro, que fué Señora de Ponferrada, Dueñas y
Orduña, y casó dos veces: la primera, con Diego López de Haro,
Ricohombre de Castilla y Señor de Orduña y Valmaseda (hijo de
Fernando de Haro, nieto paterno del décimoquinto Soberano de
Vizcaya, y de doña María de Portugal), y tuvieron un hijo llamado
Pedro de Haro, que murió muy niño. Viuda doña Juana de Castro,
volvió a casar en la iglesia de San Martín de Cuéllar con el Rey de
Castilla Don Pedro I, el Cruel, que abandonó a su esposa al día
siguiente de la boda. Doña Juana se retiró a su villa de Dueñas, donde
vivió y murió.
Fruto de su matrimonio con el rey Pedro I de Castilla nació un hijo:
Juan de Castilla (1355-1405), designado en el testamento de su padre como heredero de la corona, en caso de fallecimiento de los hijos que había tenido con María de Padilla. Contrajo matrimonio con Elvira de Eril y Falces y se encuentra sepultado en la Catedral de Sevilla.